martes, 25 de noviembre de 2014

ROSAS AZULES EN NUESTRO JARDÍN

Durante siglos la creación de una rosa azul ha sido un sueño prácticamente inalcanzable para los científicos y amantes de la floricultura a pesar de los intentos realizados por los especialistas para crearla mediante la técnica de cruce de distintos tipos de rosas. Y pese a la sabia advertencia juanramoniana en el orden estético-poético de que ‘no se debe tocar más la rosa’, parece que los científicos, pasándola por alto, siguen con su empeño y que gracias al avance de la ingeniería genética el sueño popular se está convirtiendo en una realidad. 

La empresa japonesa Suntory, en colaboración con su filial australiana Florigene, logró, hace unos años, otorgar el color azul a los pétalos de la flor de rosa mediante las técnicas de ingeniería genética. Ahora se acaba de empezar la comercialización de esta rosa transgénica y a partir del pasado mes de noviembre se han puesto a la venta al público unas seis mil rosas de color azul en los núcleos metropolitanos de Tokio y de Osaka. Se vende al precio de alrededor de dos o tres mil yenes -de 15 a 25 euros aproximadamente- por unidad. La noticia ha despertado un gran interés entre los curiosos y los aficionados de la floricultura y como consecuencia se han agotado enseguida todas las existencias. En vista del éxito comercial del producto, la empresa Suntory pretende aumentar más la producción y ampliar el mercado para todo el territorio nacional. Y además tiene la intención de crear y comercializar al mismo tiempo la azucena azul y el crisantemo del mismo color.

Es sabido que el color de las flores, por ejemplo rojo, amarillo o azul, se produce biológicamente por un grupo de pigmentos que se denomina globalmente ‘antocianinas’. Y dentro de este grupo se encuentran los pigmentos como la ‘cianidina’ que produce el color rojo, la ‘pelargonidina’ para el color naranja y la ‘delfinidina’ que es responsable del color azul. Una rosa natural suele poseer los dos primeros pigmentos, pero carece del gen necesario para crear la ‘delfinidina’. 

Según la explicación de Yoshikazu Tanaka, director del centro de estudios científicos vegetales de la casa Suntory, ellos han conseguido fabricar una rosa que tiene en sus pétalos moléculas de ‘delfinidina’, el pigmento azul, por insertar y transplantar el gen azul extraído de la flor de pensamientos.

1 comentario:

  1. ¡La genética al servicio de nuestros deseos!
    Por cierto, ¡queremos una foto! y la bibliografía.

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