Se mueve a impulsos y es tan
gelatinosa como una medusa de verdad, pero no tiene nada que ver con los
celentéreos. Un genetista se sorprendería al ver que su ADN es de rata. Y que
el resto es silicona. Y es que esos son los dos componentes de una medusa
artificial fabricada por bioingeniería en la Universidad de Harvard. Lo ha publicado Nature Biotechnology.
Según
explica su creador, el biofísico Kit Parker, la idea se le ocurrió al visitar
un acuario en Boston. “Vi el tanque de las medusas y me sacudió como un rayo.
Pensé: ‘Yo puedo construir eso”. Para ello, reclutó a John Dabiri, un
bioingeniero que estudia la propulsion biológica en el California Institute of Technology (Caltech) de Pasadena. “Le cogí y le dije:
‘John, creo que puedo construir una medusa’. No sabía quién era yo, pero estaba
tan nervioso y movía tantos los brazos que creo que tuvo miedo a decirme que
no”, relata Parker.
El
medusoide —así lo han llamado— es una especie de estrella de silicona sobre la
que se han cultivado células de músculo de rata siguiendo el esquema de un tipo
de medusa, la Aurelia aurita. Al sumergirlo en un líquido que transmite
impulsos eléctricos, se contrae en un movimiento que imita el de estos animales
en la naturaleza.
No se
trata solo de un juego de científicos chiflados. La contracción muscular es
clave para la vida: es así como se mueve el corazón. La siguiente idea de
Parker es precisamente esa: construir un medusoide con células cardiacas
humanas.
https://www.youtube.com/watch?v=ay0fIASNGik&noredirect=1
https://www.youtube.com/watch?v=ay0fIASNGik&noredirect=1
Una prueba más de lo que se puede conseguir con la bioingeniería. Por cierto, un artículo muy corto y sin bibliografía.
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