Desde esa
criatura del tamaño de un perro hasta el caballo actual, los ancestros de esta especie
viajaron de un continente a otro, evolucionaron e incluso llegaron a
extinguirse en algún continente.
La
evolución de las especies se basa en el estudio de los fósiles y, a pesar de
que se han encontrado muchos restos de los antepasados del actual caballo,
quedan muchos espacios evolutivos por rellenar.
El primer
ancestro conocido del caballo es el Hyocontherium o eohippus. Este animal, de
tamaño similar a un perro, vivió en el eoceno, hace 55 millones de años. Disponía
de cuatro dedos en las extremidades anteriores y tres en las posteriores y se
han encontrado restos fósiles en el continente europeo y americano (Estados
Unidos).
En el
oligoceno, hace 34 millones de años, apareció el Mesohippus, de mayor tamaño
que el anterior, el dedo central estaba muchos más desarrollado que los
laterales.
El
siguiente paso evolutivo lo encontramos en el mioceno, hace 17 millones de
años. En ese período vivió el Merychippus en Norteamérica. Era un animal mucho
más grande el mesohippus, con una dentadura parecida a la de los caballos
actuales y con los dedos laterales mucho más atrofiados que su antecesor. El
dedo central terminaba en un casco.
Por
último, tenemos el Pliohippus, que habitó nuestro planeta al final del mioceno,
hace unos 12 millones de años. Es el primer monodáctilo (animal con un solo
dedo) de la historia de la evolución. El dedo y el casco de estos “caballos” se
fueron adaptando a la velocidad (para huir de los depredadores) y tanto sus
extremidades como su dentadura son muy similares a las de los caballos
actuales.
En el
pleistoceno, hace dos millones de años, apareció el caballo tal como lo
conocemos hoy en día. Cabe destacar que hace unos 8000 años, el caballo se
extinguió en América hasta que fue reintroducido de nuevo por los
conquistadores españoles.
BIBLIOGRAFÍA:
http://www.caballosyponys.galeon.com/HistoriaCaballo.htm
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