A finales de octubre del
año 2004, Mike Morwood y Peter Brown daban a conocer al mundo la existencia de
una nueva especie humana: Homo floresiensis. La noticia causó una gran
admiración en el campo de la paleontología humana y fue catalogada por la
revista Science como el descubrimiento del año. Se trataba de un
homínido con poco más de un metro de altura y un cerebro asombrosamente pequeño
(entonces se le calculaba un volumen endocraneal de 380 cc., similar al de un
chimpancé). Se le atribuía la fabricación de herramientas del tipo musteriense.
Según Morwood y Brown descendería de Homo erectus y habría
evolucionado hacia su peculiar morfología debido al aislamiento geográfico,
extinguiéndose hace unos 18.000 años.
Yacimiento en el que fue
encontrado: la cueva de Liang Bua. El nuevo volumen que se le asigna ahora al
cerebro es de 417 cc. , dato que le incluye dentro de los parámetros
asignados a los Australopithecus gráciles, tipo Lucy, de hace
3 millones de años. Sin embargo lo que más le ha llamado la atención a Falk ha
sido, no tanto el volumen, como la estructura del cerebro: un tamaño propio de
un australopiteco pero con una estructuración claramente humana. El cerebro no
fosiliza, pero deja unas marcas inequívocas en la pared interna del cráneo (el
endocráneo). El estudio del endocráneo del homínido de Liang Bua ha revelado
que tenía muy desarrollados los lóbulos temporales y el lóbulo frontal. Estos
datos permiten especular con la posibilidad, pues se trata sólo de una hipótesis,
de que Homo floresiensis fuera capaz de planificar acciones
futuras complejas, así como de dominar alguna forma de lenguaje hablado.
Hay investigadores que
creen que Homo floresiensis podría haber evolucionado a partir
de Homo habilis, o de alguna otra especie humana, anterior a Homo
erectus, aún no descubierta. Desde luego, si esto es así, se tendría que
rescribir por entero la historia de la evolución de todo el género humano en
los dos últimos millones de años. Otros creen que en realidad estamos ante un sapiens que
tuvo problemas en el crecimiento. La respuesta de los descubridores de Hobbit es
contundente: “Tenemos siete individuos con un cuerpo similar, con dientes y con
proporciones faciales como las del espécimen de Liang Bua. ¿Cuál es la
posibilidad de qué representen la forma de los humanos modernos? Ninguna”.
BIBLIOGRAFÍA.
http://www.unav.es/cryf/evolucion2006.html#titulo23
http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:F%C3%B3siles_de_la_evoluci%C3%B3n_humana
http://es.wikipedia.org/wiki/Homo_floresiensis